Ver «Mantener fría la insulina»
La Cartera Frío es el sistema que suelo usar, tanto en la calle como en casa, para conservar la insulina a una temperatura óptima, y asegurarme de que no se echará a perder.
Ya llevo más de un año usando la Cartera Frío, y sólo puedo decir que ¡quiero otra más grande! (:
Es cierto que la cartera no es barata, pero para mi ha sido una inversión que sin duda vale la pena (y no, no me llevo comisión… lamentablemente XD). La verdad es que después de un año de traqueteo, dentro del bolso, mochila, en la playa y tras haberla pasado varias veces por la lavadora la funda exterior empieza a verse un poco vieja, pero enfriar, que es lo que importa, sigue enfriando perfectamente; y no he vuelto a tener un sólo problema con las insulinas a causa de un golpe de calor.
Al releer el primer post he corregido que no lo uso con Glucagón. Vi en MiDibaetes.cl que Marcelo lo usaba, y aunque con excepticismo porque es un medicamento que no quiero que se ponga malo bajo ningún concepto (imaginaos una situación de urgencia en la que necesitamos el glucagón y que éste no funcione correctamente…) confíe en el criterio de Marcelo y lo he transportado algunas veces en la Cartera Frío, y la verdad es que parece que conservaba bien su temperatura.
La cartera sigue enfriando bien. Sin embargo ahora puedo dejarla sumergida horas (una vez se me olvidó y la deje toda la noche en un vaso con agua), y su volumen máximo es inferior al de antes ya que caben sin problemas las dos plumas. ¿Esto quiere decir que probablemente la Cartera Frío acabe perdiendo su efecto?. La web oficial dice que debe durar de 12 a 18 por lo menos, e incluso más tiempo; y que no obstante «no dejará de funcionar de un día para otro, sino que tardará más en activarse»; lo importante, que los cristalitos que contiene tomen forma de gel.
Ah, y no he tenido problemas en el aeropuerto. Me han revisado las placas de hielo pero nunca la Cartera Frío. Aunque es imprescindible llevar el «informe médico para viajar con insulinas» para garantizar que nos dejarán pasar sin problemas.
Y ya os digo que, si bien la que tengo es muy cómoda para llevarla en el bolso, no descarto comprarme otra más grande para los viajes. Las placas de hielo van bien pero tienen algunos inconvenientes, sobre todo para mi que soy una despistada. Si viajo en hostales o albergues no puedo disponer de un congelador con comodidad a veces he olvidado la cartera en la nevera del hostal; o incluso no he podido congelarla de nuevo, o se me ha olvidado de primeras y me ha tocado improvisar con alimentos congelados del super…
Bueno, esto son un poco mis aventuras y divagaciones, pero creo que con una Cartera Frío grande no tendría estos problemas… lo mismo se la pido a los Reyes Magos…