Lantus: ¿mañana o noche? ¿una o dos veces al día?

24/01/2014

Tendría que revisar mi historial médico para recordar hace cuánto que uso Lantus. Lo que sí recuerdo claramente es que gané flexibilidad de horarios y disminuyó el riesgo de hipoglucemias.

Siempre he usado la Lantus en una sola dosis, antes de ir a dormir. Aunque en teoría la Lantus dura 24 horas, en la práctica no es así. Siempre he tenido tendencia a llegar un poco alta a la cena porque la Lantus ya se estaba agotando; por lo que me suplementada con un par de unidades de Humalog en la merienda.

Con esta pauta de insulinas he estado mejor y peor, pero nunca he sentido la necesidad de cambiar las insulinas… hasta hace poco. Hace ya más de un año que vivo en el Reino Unido, y para hacer el cuanto breve, los horarios de las comidas son absolutamente diferentes. Al principio me resistía y mantenía el horario español, pero hace ya tiempo que me he adaptado. Así que,  mientras que en España desayunaba sobre las 9, comía a las 3, y cenaba a las 10; en el Reino Unido desayuno a las 7, almuerzo a la 1 y ceno a las 7. Sin embargo seguía con la misma pauta de insulinas, y un control bastante malo. Supongo que no tiene mucho sentido, pero era un gran cambio y he tenido que sopesarlo.

Lamentablemente aun no tengo acceso a asistencia médica con un equipo especializado en diabetes, y el cambio de insulinas he tenido que realizarlo yo sola. Y así es como lo hice, y la lógica que seguí:

Mi situación previa al cambio de insulinas indicaba que la insulina no me estaba durando 24 horas, y que el suplemento de insulina rápida de la merienda no estaba siendo efectivo. No podía subir la dosis de Lantus de más de 20 unidades porque ya amanecía con leves hipoglucemias (en torno a 70, a veces menos, a veces más). El control iba bien hasta después del almuerzo, donde se me descontrolada por completo.

Así que pensé que necesitaba algo de insulina de acción retardada para cubrir las horas de la tarde. No estaba segura de la respuesta era mover toda la insulina a una única puesta por la mañana, o si acabaría provocando que me despertase con hiperglucemias. Otra opción era dividir la insulina en dos puestas, pero no estaba para nada segura acerca de qué porcentaje sería el adecuado para cada puesta, así que ante tanta incertidumbre decidí comenzar un cambio gradual. Comencé poco a poco, a reducir las unidades de Lantus de la noche y pasarlas al medio día (a las 12). Realizaba un cambio cada tres días, debido a la larga acción de la insulina, y para poder valorar bien los cambios en mi control. Fui restando unidades de las 20 de la noche a una nueva puesta al medio día, hasta que llegué a ponerme 14 unidades por la mañana y 4 por la noche. Cuando llegué a este punto conseguí no tener tendencia a hiperglucemia por la noche, ni hipoglicemia por la mañana.

Los cambios se verían así:

Día 1: 20 u. noche. Hiperglucemia por las tardes, hipoglucemia por las mañanas.

Día 2: 14 u. noche + 4 u. medio día

Día 4: Noto mejora, ¡no me lo puedo creer! Creo que debo continuar pasando unidades al medio día.

Día 5: 12 u. noche + 6 u. medio día.

Día 7: Sigo apuntando y estudiando mis controles, y estoy segura de que voy a pasar casi todas las unidades al medio día, pero quiero ir poco a poco, para minimizar el riesgo de hipoglucemias.

Día 8: 8 u. noche + 10 u. medio día

Día 11: 4 u. noche + 14 u. medio día.

Día 12: Estoy bien, pero quiero comprobar si podría eliminar la puesta de la noche.

Día 14: 2 u. noche + 16 u. medio día.

Día 17: Me he estado despertando con el azúcar alta, así que vuelvo a 4 u. noche + 14 u. medio día.

Como se nota que estoy acostumbrada a la pluma antigua (Lantus SoloStar) y me pongo las unidades de dos en dos. :)

Esa es mi pauta actual, 14 u. de Lantus al medio día y 4 u. en la cena. Con este cambio he solucionado la tendencia a hiperglucemias por la noche, y a hipoglucemias por la mañana, y poco a poco voy mejorando los controles. Cuando realizo actividad física muy intensa reduzco las 4 unidades de la cena a 2 unidades, para evitar hipoglucemias.

Posteriormente leí que si hay tendencia de hipos por la mañana o antes del almuerzo una opción es mover la puesta de Lantus al almuerzo. Además, las dosis pequeñas de Lantus duran menos tiempo, así que la tendencia a hiperglucemia antes de la puesta de Lantus se suele solucionar con un suplemento de rápida (que a mi no me estaba funcionando), o con dos puestas de Lantus (así que no iba para nada desencaminada). Sin embargo, no estaba para nada segura de qué porcentaje de insulina debía ponerme por la mañana y por la noche, así que tuve que ir probando y tardé más de dos semanas, en las que extremé las precauciones ante posibles hiperglucemias. Sin embargo, posteriormente leí que al dividir la puesta de Lantus, la mitad y un tercio de la dosis debe ser inyectada en la mañana, y el resto por la noche.

Imagino que más de uno se estará preguntando por qué no he ido al centro de salud a preguntar, o por qué no he hablado con mi endocrino. Pues ya me habría gustado. Por desgracia el personal sanitario que me está llevando la diabetes deja bastante que desear. Pero ya me estoy moviendo para conseguir una atención sanitaria de calidad. Mientras tanto dirijo mis preguntas al Dr. Ragnar Hanas a través del fantástico manual (en inglés) Type 1 Diabetes in children, adolescents and young adults.


Hipoglucemia nocturna: que NO hacer

16/01/2014

Anoche me desperté empapada en sudor y desorientada. Como un autómata me miré el azúcar y comprobé que tenía 40, que es baja, pero no tan baja para lo mal que me encontraba, y he aquí el primero de mis errores al que llamaré (1) síntomas extremos.

Así que miro a mi alrededor intentando localizar un zumo, y aunque tengo uno siempre a mano en el bolso decidí que ese zumo no era pasa esa ocasión y dirigí escaleras abajo a la cocina. Este es el segundo de mis errores, al que llamaré (2) kit de bajadas nocturnas.

Mientras bajo pienso qué hora es, cuándo fue la última puesta de insulina y qué cené… intentando calcular cuántos hidratos debería tomar, pero me temo que ya es demasiado tarde. Estoy medio zombi en la cocina, con un litro de zumo de naranja y un vaso, dispuesta a hartarme de hidratos de carbono. Y he aquí el tercer error, al que llamaré (3) calcular hidratos en modo zombi.

Y así es como se pasa de una desagradable hipoglucemia de 40, a un bonito despertar con 276.

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(1) Síntomas extremos

Algunas hipoglucemias vienen más suavemente que otras. Afortunadamente no me despierto muy a menudo empapada en sudor, desorientada, con nauseas y taquicardia; pero cuándo lo hago como anoche tengo cierta tendencia (cada vez más controlada) al pánico.

(2) Kit de bajadas nocturnas

Para mi la solución es tener a mano un buen kit de hipoglucemia nocturna, que me permite reaccionar rápidamente y no me da mucho margen para tomar decisiones erróneas, ya que las tomé previamente.

(3) Calcular hidratos en modo zombi

Para mi este es el paso a evitar. Si entro en la cocina estoy perdida.

Yo estoy acostumbrada a zumitos individuales de 2 unidades de hidratos de carbono. Llevo años tomándolos, no tengo que medir cuántos hidratos de carbono estoy tomando, porque ya lo sé.

En una hipoglucemia normal puedo bajar a la cocina, coger el brick de zumo, leer la etiqueta, y servirme a ojo en un vaso de tamaño medio; pero en una hipoglucemia de esas de «síntomas extremos» cojo el vaso más grande que encuentro, y lo vacío no una sino dos veces, y vuelta a la cama a dormir como un angelito.

¿Cómo tratáis vosotros las hipoglucemias nocturnas? ¿Qué errores cometéis frecuentemente?